Présentation de Daniel Despothuis
« Présence contemporaine »
Daniel Despothuis est né à Pamiers en 1949. Autodidacte il apprend la technique de la peinture en réalisant des oeuvres figuratives. Pendant cet apprentissage sa recherche ne se limite pas cependant aux seuls aspects théoriques et pratiques ; son regard se porte déjà sur ce qu’il y a au-delà des objets et des sujets qu’il peint, voulant s’affranchir des apparences afin d’en saisir leurs « vérités ». Cela ne suffit pas pour autant à sa volonté de percer les « mystères ».
Sa rencontre avec Yolande Leger lui permet d’approfondir la psychologie de l’art abstrait et de s’ouvrir à l’art contemporain comme il le désirait. Dès lors il ne cesse d’étudier, de travailler et d’explorer des espaces infinis entre mystérieux silences et symbolisme de l’univers. Subtil observateur du monde environnant il exprime à travers des techniques et des matériaux les plus variés et hétérogènes, les transformations, les perplexités, les doutes et la misère spirituelle dans laquelle se débat la société contemporaine.
La finalité de son travail et de son œuvre n’est pas de représenter ou décrire quelque chose, mais d’être « une chose », un objet chargé d’énergie mentale que l’artiste lui incorpore afin de provoquer chez le spectateur une émotion et de créer un échange, une résonance entre eux ; résonance à même de réveiller, par effet cathartique une part enfouie de sa personnalité.
Ses œuvres exposées dans de nombreux pays ont été plusieurs fois récompensées ; A travers l’art qu’il pratique, mû par des processus symboliques inconscients, Daniel Despothuis manifeste une création originale pleine de fraîcheur et de vigueur, support d’un merveilleux voyage qui nous amène au-delà de nous même.
« A Contemporany Présence »
Daniel Despothuis was born in Pamiers (France) in 1949. Being self-taught, he learns all about the techniques by first painting figurative pieces. During these years of learning, his exploration is not limited to the only theoretical and practical aspects, but he is already focusing on what there is to find beyond the objects and subjects he paints, wishing thus to emancipate himself from what he sees, in order to grasp its “truths“. But this is enough, he has a strong will to elucidate the “mysteries”.
His encounter with Yolande LEGER enables him to deepen his knowledge on the psychology of abstract art, and to open up to modern art as he wished. From then on, he never stops studying, working and exploring the unlimited spaces between the mysterious silences and the symbolism of the Universe. Daniel Despothuis is a sensible observer of the world around him. Using the most diverse and the most heterogeneous techniques and materials, he expresses the transformations, the perplexities, the doubts and the spiritual misery in our struggling modern society.
The main purpose of his work is not to portray or to depict something but to be “one thing”, an object loaded with the mental energy the artist has put in it, in order to provoke an emotional response in the viewer, to create an exchange, an emotional resonance between them, a resonance able to awaken by a cathartic effect, a deeply buried part of his or personality.
His work has been exhibited internationally and many times rewarded. Through his artwork driven by unconscious symbolic process, Daniel Despothuis displays an original creation. Full of freshness and vigor, a valuable aid to an enchanting journey beyond ourselves.
Translated by Linda Manceau
MyspeechTRAINER
« Presencia contemporánea »
Daniel Despothuis nació en 1949. Autodidacta, estudia la técnica de la pintura realizando obras figurativas. Sin embargo, durante este aprendizaje su búsqueda no se limita a los aspectos teóricos y prácticos, su mirada se dirige ya a lo que se encuentra más allá de los objetos y temas que pinta, queriendo franquear sus apariencias para captar sus «verdades». Pero ello no satisface su voluntad de descubrir los «misterios».
Su encuentro con Yolande Leger le permite profundizar la psicología del arte abstracto y abrirse al arte contemporáneo como él deseaba. Desde entonces no deja de estudiar, trabajar y explorar espacios infinitos entre silencios misteriosos y el simbolismo del universo. Sutil observador del mundo circundante expresa con técnicas y materiales muy variados y heterogéneos las transformaciones, perplejidades, dudas y la miseria espiritual en la cual se debate la sociedad contemporánea.
La elección de los temas en un recorrido por las misteriosas moradas del espíritu; la seducción del misterio, la esencia del símbolo, las proyecciones psicológicas son las referencias con las que la dominante del motivo lírico transmite e implica al espectador.
Daniel Despothuis emplea elementos de recuperación (tejidos, sacos de yute, madera, hierro, clavos, etc…) Estos objetos están cargados de su propia energía, y de la proyección psicológica que les transferimos. Su conjunto que puede parecer heteróclito, por su composición particular, da al cuadro una energía única, global, que perturba al espectador y le abre las puertas de campos insospechados. La finalidad de su trabajo no es representar o describir algo sino que pretende ser «algo», un objeto cargado de energía mental que el artista lo incorpora para provocar en el espectador una emoción y crear un intercambio, una resonancia que revela por efecto catártico una parte escondida de su personalidad. Ocurre lo mismo con los trazados caligráficos, trayendo una energía, un soplo vital, una fuerza, perturbando la posible certidumbre del espectador. Como se ha dicho anteriormente la expresión supera a la representación o toda otra forma de compromiso estético.
Las obras de Daniel Despothuis son vectores de memoria, a la vez personal y universal; memoria que no nos permite «ser», arraigarnos en una historia, enfrentarnos al mundo en su complejidad y sus dramas. El artista posee este poder que consiste en transcender sus heridas a fin de ofrecer a sus congéneres llaves, pistas para aprehender el espacio que le rodea.
En las obras de este artista se manifiesta una dualidad entre la interioridad y el estrépito del mundo, conflicto que halla su equilibrio en la realización, en una ejecución propia y particular. Una diferencia marcada y sin embargo complementaria en el discurso subyacente.
Sus obras expuestas en numerosos países han sido premiadas. A través del arte que practica y movido por procesos simbólicos inconscientes, Daniel Despothuis manifiesta una creación impregnada de frescura y vigor, punto de partida de un viaje maravilloso que nos lleva más allá de nosotros mismos.
Traducido por Danièle Blasquez y Jordi Carbonell